Joe Axline tuvo la idea de convertir un avión en una casa cuando, de niño en los años 70, veía un programa de televisión protagonizado por Bill Bixby llamado El mago. El protagonista viajaba de ciudad en ciudad en un avión para resolver crímenes.
«Me pareció alucinante», comenta Axline a Business Insider.
Axline se formó como piloto de recreo durante toda su adolescencia, y a los 26 años obtuvo su habilitación de vuelo por instrumentos, un certificado avanzado de aviación. Poco después, dejó de volar para centrarse en su carrera en informática, su matrimonio y su vida familiar.
23 años después, en abril de 2011, Axline y su mujer se divorciaron. Axline cuenta a Business Insider que tenía unos 250.000 dólares (236.000 euros) ahorrados que estaba dispuesto a gastar en lo que bautizó como «Proyecto Libertad».
Axline compró un terreno de un aeropuerto privado llamado Sport Flyers en Brookshire, Texas, cerca de donde vivía.
Asegura que la mayoría de las propiedades tenían asociaciones de propietarios que habrían bloqueado sus planes de aterrizaje. Pero Axline explica a Business Insider que había encontrado un resquicio en las restricciones a la propiedad privada aeroportuaria: «No puedo poner un tren ni una autocaravana. No puedo poner una casa rodante», apunta. «Pero no hay nada sobre mi avión».
Axline empezó a investigar cómo comprar un avión para renovarlo.
Axline compró un avión que se utilizaba como exposición en un centro comercial de Florida.
Axline se puso en contacto con Tom Bennington, un contratista de renovación de aviones. Le contó su plan y ambos empezaron a buscar un avión.
Bennington encontró un fuselaje de McDonnell Douglas DC-9 Spirit Airlines –un cuerpo de avión sin alas– en subasta. Era una atracción del parque de atracciones cubierto para niños de Sawgrass Mills, llamado Wannado City, que quebró en 2011.
El McDonnell Douglas DC-9 tenía una cabina totalmente restaurada para reflejar el interior original del avión de los años 70.
La cabina estaba completa, con fibra óptica, sillas originales, teléfonos, máscaras de oxígeno y chalecos salvavidas.
Compró el DC-9 en primavera, pero tardó casi un año en retirarlo del centro comercial. «Mientras tanto», indica, «compré otro avión».
Compró un fuselaje delantero de 18 metros de un McDonnell Douglas MD-80 de Arkansas en noviembre de 2011.
Axline explica a Business Insider que las estructuras de ambos aviones eran de 18 metros o menos porque ese era el tamaño máximo para transportarlos en camión, la forma más barata de transportar aviones retirados. Mantener los aviones por debajo de esa longitud redujo los costes de transporte de 10.000 a 5.750 dólares (de 9.470 a 5.445 euros), según Axline.
Axline señala que tuvo que construir cimientos de acero para sus aviones.
El soporte de la estructura del MD-80 requirió 19 metros cúbicos de cemento. El hombre describe el proyecto como «2 pasos adelante, un paso atrás», y añade que no había «nada que fuera pequeño o fácil».
Una vez construidos los cimientos, pudieron llegar los aviones.
El MD-80 se entregó en diciembre de 2011.
Axline relata que, aunque contratar grúas y camiones para transportar los fuselajes de los aviones le había costado miles de dólares, merecía la pena «llegar a vivir el sueño».
El MD-80, que estaba lleno de piezas que había que desmontar, es la estructura principal en la que vive Axline.
El interior del McDonnell Douglas MD-80 de Axline necesitaba una profunda reforma.
Axline afirma que aprendió a hacer estas renovaciones «sobre la marcha» utilizando vídeos de YouTube y la ayuda de su hermano, ingeniero eléctrico.
Axline retiró los techos y los cubos superiores para que su altura no se viera limitada. Añadió 2 paredes: una entre el dormitorio principal y la ducha, y otra entre el primer dormitorio y el salón, lo que asegura que le resultó fácil de hacer.
En enero de 2012 llegó el DC-9 y se instaló junto al primer avión.
Con toda su atención centrada en hacer habitable el MD-80, Axline no tuvo tiempo de empezar las reformas en el DC-9.
Aparte de la cabina del piloto, el avión sigue vacío y destripado, aunque se ha utilizado como almacén de piezas del otro avión. Axline afirma que planea convertirlo en un cine y centro de entretenimiento.
Axline tuvo que instalar sistemas de alcantarillado y agua, cableado eléctrico, iluminación LED y aislamiento en el MD-80.
Según cuenta a Business Insider, tardó más de un año en hacer habitable el avión. Se alojaba en un apartamento cercano y se mudó al avión en agosto de 2012.
Axline quitó la moqueta y la sustituyó por suelo de vinilo. Añadió aislamiento para mantener el avión fresco en los calurosos veranos de Texas.
Añadió un muro en la parte trasera del avión y construyó una cubierta y un ajedrez gigante en el exterior.
Axline comenta que le gusta tener la puerta original en la parte delantera del avión y las puertas en la parte trasera, ya que puede «pasar la brisa» en los días calurosos.
Axline tiene un dormitorio y otras 2 camas para sus hijos cuando vienen a quedarse.
Mantuvo algunos elementos del interior del avión, como las persianas, las ventanas y algunos compartimentos superiores.
Axline también conservó el lavabo y el cuarto de baño originales del avión.
El baño tiene las luces de aviso originales, aunque ya no funcionan.
Axline explica que le encanta su casa porque el salón, la mesa del comedor, la cocina y el despacho están a pocos metros unos de otros.
Y asegura que, tras mudarse al avión, descubrió que no necesitaba mucho espacio.
«He vivido en una casa de 465 metros cuadrados y el avión es mucho mejor», afirma. «Son 55 metros cuadrados de fantasía».
Axline indica a Business Insider que ha pagado todos los gastos de compra y construcción de los aviones.
Según explica a Business Insider, los gastos de explotación mensuales rondan los 200 dólares (190 euros) en concepto de electricidad, agua e impuestos del terreno.
No ve las propiedades aéreas como una inversión.
«Me da igual que suba o baje su valor: no me importa», afirma. «Viviré aquí hasta el día de mi muerte».