«Waymo Driver es nuestra tecnología de conducción autónoma que nunca se emborracha, se cansa o se distrae», asegura la compañía, que subraya que sus coches autónomos reducirán el riesgo de accidentes, lesiones y muertes en las carreteras.
Dado su historial de seguridad y confianza, decidí probar el coche autónomo de Waymo en un viaje reciente a Phoenix. Por aquello de la transparencia, soy una de esas personas que tiene miedo a sufrir accidentes, así que me siento más cómoda en el asiento del conductor.
Estaba muy nerviosa por probar un coche sin conductor y sin sensación de control, pero al final estaba sorprendentemente tranquila. Así es como fue.
Waymo One está en Phoenix, pero solo en algunas zonas delimitadas, como en el centro de la ciudad y en East Valley.
Mi hotel estaba fuera de la zona de servicio, así que conduje 10 minutos hasta Mesa y recogí uno de los coches. Ya me estaba dando cuenta de que Waymo One en realidad solo es realista si empiezas y terminas dentro de una de las 2 zonas.
Utilizando la aplicación móvil, establecí como punto de recogida SalonCentric y como destino Marlborough Mesa Park, a unos 3,2 km. Pude seleccionar ida y vuelta y que me dejaran de vuelta en mi punto de partida.
Según la aplicación, el trayecto completo cubriría unos 8 kilómetros y duraría 20 minutos por 11 dólares en total, pero me sorprendió ver una espera de 39 minutos para conseguir un coche.
No me veo a mí misma esperando tanto tiempo para un viaje si tuviera prisa. Cuando consulté Uber, el mismo trayecto de ida y vuelta también costaba 11 dólares y había un coche disponible en 8 minutos… aunque ese precio no incluía la propina, que no es necesaria en Waymo porque no hay nadie a quien dar propina.
Un portavoz de Waymo explica a ‘Business Insider’ que el «tiempo de espera más largo de lo habitual» se debe a la transición de su flota en East Valley. Actualmente, hay menos SUV Chrysler en la zona porque están siendo sustituidas por el Jaguar I-PACE EV.
Hay más Jaguar I-PACE en el centro de Phoenix, por lo que los tiempos de espera probablemente habrían sido más cortos allí, asegura el portavoz.
Después de esperar pacientemente cerca de 40 minutos, el vehículo autónomo se detuvo finalmente justo donde yo estaba, sin que tuviera que ir a buscarlo.
El coche era un monovolumen Chrysler Pacifica Hybrid blanco con sensores y cámaras por todas partes, lo que le daba una visión de 360° de su entorno.
En la parte delantera del vehículo estaban mis iniciales «TR» de Taylor Rains. Lo configuré en la app para identificar el vehículo, pero también podía cambiar las letras o el color de la pantalla.
Subí al asiento trasero del coche y me sentí extraña al no ser recibida por un conductor humano. Pero había música y una voz automática que me daba la bienvenida.
Antes de salir, exploré un poco el coche para orientarme. Había 4 plazas en total, incluida una con asiento para niños.
También había botones que me permitían controlar la temperatura…