ChatGPT, el celebérrimo chatbot de OpenAI, es confrontado con millones de preguntas por parte de los usuarios, cuya curiosidad es absolutamente voraz. Pero, ¿cuáles son las preguntas con las que debe bregar más habitualmente ChatGPT? The Washington Post se ha propuesto responder a esta pregunta y para ello ha colocado bajo la lupa 200.000 «prompts» y conversaciones en inglés mantenidas al calor de la famosa plataforma de IA de OpenAI.
En tanto en cuanto ChatGPT resulta potencialmente muy útil en tareas directamente emparentadas con el trabajo, cabría suponer a bote pronto que las preguntas con la que es confrontado más habitualmente el chatbot de ChatGPT hunden sus raíces en el universo laboral. Nada más lejos, sin embargo, de la realidad.
Las preguntas planteadas con más frecuencia a ChatGPT están directamente relacionadas con el «storytelling». El 20% de los «prompts» que procesa el chatbot de OpenAI pivotan en torno a la escritura de textos, poemas, guiones o bromas.
Sigue en popularidad al «storytelling» otra temática extraordinariamente común en ChatGPT: el sexo. El 7% de las conversaciones mantenidas con ChatGPT son de tono marcadamente concupiscente (si bien el chatbot cuenta con importantes restricciones a este respecto). Y la generación de imágenes sexualmente explícitas, las conversaciones sugestivas y los consejos para involucrarse en juegos de rol son en términos generales bastante habituales en ChatGPT.
Las tareas escolares y los trabajos universitarios son la tercera temática más popular en ChatGPT, mientras que las preguntas relacionadas con temas personales (dirigidas a la búsqueda de consejos) ocupan el cuarto puesto.
Una cuarta de los usuarios comparte con ChatGPT información privada
Pese a que los usuarios conversan a menudo con ChatGPT sobre temas profundamente personales, lo cierto es que una cuarta parte de ellos no tienen prurito alguno a la hora de revelar al chatbot de ChatGPT su verdadero nombre, la empresa en la que trabajan y otros datos de naturaleza privada (que sería mejor guardar a buen recaudo).
La quinta tarea que más habitualmente encomiendan los usuarios a ChatGPT es la generación de código, pues el chatbot de OpenAI se precia de ser particularmente diestro en programación. El sexto puesto en la lista es, por su parte, la búsqueda de trabajo, que incluye la redacción de currículos y de textos para presentar candidaturas a ofertas laborales. Sigue a la búsqueda de trabajo la confección de dibujos, un tipo de «prompt» que entronca de manera directa con el sexo. Al fin y al cabo, la mayor parte de los usuarios solicita a ChatGPT que dibuje mujeres.
El informe emprendido por The Washington Post insiste, por otro lado, en que el debate (acalorado a veces) sobre si el uso excesivo de la IA puede eventualmente mermar la creatividad humana y las interacciones cara a cara no debería en modo bajar en modo alguno de revoluciones (pese a todas las mejoras y facilidades que trae bajo el brazo la tecnología de moda).
Los autores del estudio advierten además que, si bien las respuestas facilitadas por ChatGPT son a menudo útiles, conviene tener en cuenta que echan anclas en datos programados y en algoritmos que no reflejan necesariamente la emociones y las experiencias humanas. Y en este sentido, el riesgo de que información «fake» se disemine a través de ChatGPT es muy alto.
El uso de ChatGPT debería someterse, por consiguiente, a un escrutinio crítico que garantice que la IA se utilice en todo momento de una manera alineada con las necesidades y los valores humanos.