Imagina una sala sofocante y sin ventanas con servidores en fila uno detrás de otro. Hace calor, y miles de ordenadores funcionan a la vez. Unos enormes ventiladores industriales intentan refrigerar el ambiente.
Al otro lado de la calle, se ha empezado a construir otro centro de datos. Está surgiendo todo un complejo industrial. Las empresas constructoras apenas dan abasto.
La escena resume la inmensa potencia de cálculo necesaria para alimentar el auge de la inteligencia artificial. Y aunque está muy lejos del brillo y el glamour de las grandes empresas tecnológicas que dominan los titulares, algunos de los mayores ganadores del movimiento serán las empresas que trabajan en la parte de atrás.
Es decir, los centros de datos, que serán cada vez más importantes para almacenar información a medida que la IA se generalice. Un creciente número de analistas afirma que son uno de los beneficiarios más olvidados del cambio de la IA.
«Esta nueva arquitectura de la IA generativa, supone la actualización de alrededor de un billón de dólares de infraestructura», afirma Ted Mortonson, director gerente y estratega tecnológico de Baird. «Y aún es muy pronto. Probablemente ni siquiera estemos al principio del partido«.
Hay que tener en cuenta que Goldman Sachs prevé que la demanda de energía de los centros de datos aumentará un 160% a finales de la década, y señala que una búsqueda en ChatGPT consume hasta 10 veces más electricidad que una búsqueda básica en Google.
En opinión de los analistas de Goldman, «este tipo de aumento de la demanda de energía no se había visto desde principios de siglo». «Se alimentará en parte por la electrificación y la deslocalización industrial, pero también por la IA».
A partir de ahí, la revolución de la IA podría ser una bendición para varias empresas de construcción, de suministros públicos y eléctricas que conforman el panorama de los centros de datos. Normalmente considerados como los sectores más aburridos y defensivos del mercado, podrían ofrecer algunas de las oportunidades de inversión más interesantes en los próximos tiempos.
Los ganadores que han pasado desapercibidos hasta ahora
Las empresas ya están invirtiendo miles de millones en la creación de nuevos centros de datos, y los valores relacionados con su construcción y suministro eléctrico están registrando grandes ganancias.
Para empezar, los sectores de suministros de energía representan el tercer sector del S&P 500 que mejor comportamiento ha tenido en los últimos seis meses, de un total de once. El grupo sólo queda por detrás de los sectores de tecnología de la información y servicios de comunicación, que cuentan con gigantes de la inteligencia artificial como Meta, Nvidia y Alphabet. Normalmente, cuando los valores de crecimiento están a la cabeza, los sectores más defensivos, como los de suministros públicos, son los que obtienen peores resultados. Este no ha sido el caso.
Digital Realty Trust, el único fondo de inversión inmobiliaria en centros de datos que cotiza en la Bolsa de Nueva York, se ha revalorizado un 38% en el último año, mientras que el ETF Global X Data Center & Digital Infrastructure ha subido un 12%. Ambas rentabilidades superan con mucho las ganancias del 4% del ETF iShares Core US REIT en el mismo periodo.
Los valores que contribuyen al gran consumo de electricidad también han tenido un fuerte 2024. Super Micro Computer, cuya tecnología de refrigeración líquida se ha calificado de «imprescindible» para el hardware de IA, ha subido un 200% en lo que va de año. Puede que Nvidia sea el rey de la IA, pero «sólo» ha subido un 150% en 2024.
Mientras tanto, Vertiv —que también fabrica equipos de alimentación y refrigeración para centros de datos— ha subido un 80% este año. Su ganancia del 435% desde el primer trimestre de éxito de Nvidia hace 13 meses marca un rendimiento 130 puntos porcentuales superior. El dominio de la empresa le ha valido recientemente el calificativo de «el verdadero niño mimado de la IA» por parte de Bank of America.
A escala mundial, los valores de redes y equipos eléctricos de Estados Unidos, Corea, India y Europa se han revalorizado hasta un 140% desde los niveles de principios de año, según señalan los analistas de JPMorgan en un reciente estudio.
Según Travis Miller, estratega de energía y servicios públicos de Morningstar, es probable que los inversores no estén acostumbrados a ver en los valores energéticos y de suministros eléctricos una mina de oro, dada la escasa rentabilidad del sector en la última década. Pero se avecina un fuerte crecimiento: la firma prevé un crecimiento del 10% anual en el sector de los servicios públicos durante los próximos 10 años.
«No creo que los inversores sean plenamente conscientes del impacto que tendrá el crecimiento de los centros de datos», afirma Miller a Business Insider.
El software se queda atrás
Mientras que las compañías tradicionales de hardware y sus homólogas de centros de datos e inmobiliarias se disparan, las acciones de software se han quedado en gran medida en el olvido.
Los valores tecnológicos de hardware han superado a sus homólogos de software en 30 puntos porcentuales este año, en medio de la vertiginosa demanda de GPU, centros de datos y otros equipos informáticos físicos. Se trata de un giro de 180 grados con respecto a la década pasada, cuando las empresas de software —alabadas por sus elevados márgenes de beneficios y sus modelos de negocio de activos ligeros— superaban a sus homólogas de hardware en más de 250 puntos porcentuales.
¿A qué se debe este cambio? Mortonson dice que es difícil para las empresas de software construir en torno a la IA.
«Este ciclo de la IA generativa consiste en infraestructura, sobre todo en infraestructura», explicó Mortonson anteriormente a BI en una entrevista, añadiendo que las empresas de la nube iban a gastar más de 200.000 millones de dólares este año en centros de datos.
Además, desde el punto de vista de la valoración comparativa, los valores tecnológicos tradicionales relacionados con el software parecen actualmente caros en relación con los valores energéticos y de centros de datos. Los sectores relacionados con los suministros energéticos, por su parte, parecen estar infravalorados en un 5%, según Miller.
Con todo, a pesar de la excelente rentabilidad registrada recientemente, es posible que el auge de los centros de datos tarde años en madurar del todo. Miller estima que los centros de datos podrían tener un impacto significativo en los beneficios empresariales en 2028. Eso significa que los inversores podrían tener que esperar un tiempo para darse cuenta plenamente del potencial del sector.
También existe el riesgo de que Estados Unidos no construya tantos centros de datos como se prevé, debido a la preocupación sobre si se dispone de la capacidad energética para sostenerlos, añade.
A pesar de estos posibles contratiempos, sigue esperando una expansión considerable en el futuro.
«Hace una generación que las empresas de suministros públicos no tienen tanto potencial de crecimiento como el que vemos en los próximos 10 años», asegura Miller.