¿Por qué nadie ha entrado en la tumba del primer emperador de China?

La tumba del primer emperador de China probablemente esté llena de tesoros de valor incalculable. En el interior del mausoleo descansa Qin Shi Huang, primer emperador de China, resguardado por miles de guerreros de terracota, jinetes, arqueros, lanceros y carros de todo tipo.

Este enorme recinto funerario fue descubierto en 1974, ocupa una superficie total de 60 kilómetros cuadrados, trabajaron más de 700.000 obreros, tardó 37 años en edificarse y está custodiado por más de 8.000 guerreros de terracota de tamaño natural.

Ahora bien, a pesar de que seguro que está lleno de piezas y tesoros de todo tipo, todavía nadie se ha aventurado a entrar y explorar su interior. La pregunta, por tanto, es lógica: ¿Por qué nadie ha entrado todavía en la tumba del primer emperador de China?

La respuesta de por qué los arqueólogos no se atreven a aventurarse en su interior, también: existen ríos de mercurio, un metal altamente tóxico, así como trampas mecanizadas y trampas explosivas que servían como defensa de la tumba del primer emperador. Y además, está prohibido.

Sima Qian, considerado el historiador más importante de la Antigua China, explica que el mercurio era considerado en aquella época como un elixir de vida. Es más, Qin Shin Huang se obsesionó por completo con beber mercurio mezclado con vino para alcanzar la vida eterna.

Como podrás imaginar, este cóctel acabó, supuestamente, con la vida del emperador a los 49 años por envenenamiento.

«Nuestras mediciones, realizadas en 3 puntos diferentes, indican elevados niveles de mercurio en la atmósfera», señala un informe elaborado por un equipo de científicos en 2020.

«Se han observado concentraciones (de mercurio) de hasta 27 ng/m³, significativamente más altas que el nivel típico de contaminación general en el área, que se encontró que era de alrededor de cinco a 10 ng/m³», continúa.

Este es uno de los motivos por los que la cámara funeraria de Qin Shi Huang, situada en el centro del mausoleo, permanece intacta.

Al final, los arqueólogos tienen 2 miedos. Uno más histórico: el miedo a dañarla irreversiblemente, al final el completo de tumbas fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1987. El otro, más natural: adentrarse en una tumba de 2.200 años de antigüedad podría estar plagada de trampas mortales.

«Mercurio altamente volátil puede estar escapando [de la tumba del emperador] a través de las grietas, que se desarrollaron en la estructura con el tiempo. Nuestra investigación respalda los registros de crónicas antiguas sobre la tumba, que se cree que nunca fue abierta/saqueada», señala el estudio.

Carlos Ferrer-Bonsoms Cruz

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