El bailaor flamenco Antonio Canales acudía al programa de TVE, La Gran Confusión, presentado por Xavier Sardá, para hablar precisamente de dinero, de si da la felicidad. Canales dio mucho juego y se abrió, lo que hizo volverse viral algunas de sus intervenciones, más aún tras la reciente reclamación de su casera, Pilar Rodríguez, por moroso y acusarle de ‘inquiokupa’. Quizá tenga mucho que ver su situación monetaria y de cómo ha perdido casi toda su fortuna, como reconoció en el programa.
De Triana al éxito mundial y a la caída
Antonio Canales explicaba a Sardá y a los telespectadores sus orígenes humildes. Nació en una familia modesta, donde su padre, un ceramista, tuvo hacer de todo para mantener a la familia. Afortunadamente, las dotes de Antonio para el baile hicieron que pronto se ganara bien la vida y llegara facturar más de mil millones de pesetas a finales de los años 90, cuando ya tenía su propia compañía. Estaba en la cumbre de su carrera.
Sin embargo, comenzaron a surgir los problemas que más tarde lo llevarían al borde de la ruina, entre la separación de su mujer, el ritmo de vida por encima de sus posibilidades, con gastos absurdos y excesivos, como él mismo relataba, desde construirse una pista de tenis con gradas hasta no ponerse nunca la misma ropa dos veces, ni la interior, siempre comprando la marca más cara en todo.
La situación se fue volviendo insostenible, agravado no solo por el gasto desmedido, sino por el paulatino descenso de ingresos, con lo que las finanzas personales y de su compañía colapsaron.
Además, su pasión por el juego le costó millones. El bailaor llegó a confesar que perdió hasta 80 millones de pesetas en casinos, un hábito que aceleró aún más la crisis financiera que enfrentaría más adelante. Como seguía confesando en La Gran Confusión, su padre y su mujer fueron los que le salvaron de la ruina absoluta.
El dinero ya no le importa, pero a su casera sí
Otra frase que quedó grabada en el programa y que cobra un curioso sentido si agregamos la reciente polémica con su casera. Se supone que ahora Antonio Canales no es el de antes en cuanto a poder adquisitivo, pero sí goza de cierta salud financiera.
Canales ha negado todas las acusaciones y ha dicho que «ya están puestas las querellas», además de tener planes para irse de la vivienda, como declaraba al programa de Antena 3, Y ahora Sonsoles. Pilar Rodríguez se ha paseado precisamente por platós de televisión como los del programa que presenta Sonsoles Ónega y Código 10, en Cuatro, para denunciar la morosidad de Canales.
Pilar no solo denuncia una deuda de 4.500 euros entre alquileres y suministros, sino su actitud desafiante y burlona, llegándole a decir que «no sabes donde te metes». “Me está quitando la vida, la estabilidad mental y el sueño. Mi familia y yo estamos hundidos”, ha expresado muy afectada en una de sus intervenciones en Código 10.
Hace unos días también salía a la palestra en el matinal de Telecinco Vamos a ver otro supuesto afectado, que reclama a Antonio Canales 24.000 euros, tachándole de «sinvergüenza».
