El truco tras la ‘carne extratierna’ que las marcas no quieren que conozcas, incluyendo Mercadona

“Escalopín de lomo extratierno”, “Cerdo muy jugoso”, “Pechuga fileteada súper tierna” son algunos de los reclamos comerciales que pueden llevar a que a más de un consumidor se le haga la boca agua. Sin embargo, la verdad puede ser muy decepcionante.

«La mayoría de los productos que se venden con ese apelativo llevan agua añadida, y es esta la verdadera razón de que estén tiernos, además de todos los aditivos, estabilizantes, aromas, sal y azúcar que les ponen», enfatizan desde la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU).

No solo afecta a las carnes que se anuncian bajo esta etiqueta. También es así, según la organización en el caso de las carnes adobada, marinada y con otras preparaciones como a las finas hierbas o al ajillo. «Aunque no siempre anuncien que son extratiernas, también tienen un contenido de agua elevado».

Es por esta razón que la OCU considera que este tipo de preparados deberían avisar que son un “producto con agua añadida» y venderse de forma separada de la carne fresca.

Con aditivos para retener el agua

Para poder retener el agua en su interior este tipo de productos debe añadir otros ingredientes a la carne.

La presencia de sal es muy habitual. Esta además de potenciar el sabor, ayuda a conservar el alimento y a retener agua. También se tiende a emplear azúcar (o jarabe de glucosa) y fibra vegetal para esta última función.

Asimismo suele ser común emplear aromas, para potenciar el sabor del producto «de una manera artificial», y aditivos de varios tipos: antioxidantes, conservantes, estabilizantes y potenciadores del sabor.

«No es raro encontrar 5 y 6 aditivos diferentes en un mismo producto y algunos no son nada aconsejables», señala la organización. «Aparecen catalogados como aditivo ‘no recomendable’ el estabilizante trisfosfato E451 y el glutamato E621, y como aditivo ‘a evitar’ el conservante nitrito sódico E250, bastante habituales en estos productos.

Un 35% más caros

Sin embargo al comparar precios, este tipo de productos no resultan más baratos en relación aquellos que no recurren a dicha práctica.

«Revisando precios entre piezas con y sin agua añadida de la misma marca, observamos que la mayoría de los productos con agua añadida son, a igualdad de porcentaje de carne, más caros, hasta el 35% en algunos casos».

Como ejemplo la OCU muestra unos filetes de pechuga de pollo marinada de Hacendado con un 24% de agua que se venden a 7,40 euros el kilo. Mientras que la cadena vende los filetes de pechuga de pollo (carne fresca sin aditivos) a un precio de 8,35 €/kg. Es ligeramente superior, pero comparando el precio de la carne en su porcentaje declarado, «la pechuga de pollo marinada, que declara que lleva solo un 72% de carne, la estaríamos pagando a 10,27 €/kg. Es decir, al final esta carne marinada sale un 23% más cara que la fresca».