Muchos son los mitos que se han ido extendiendo a lo largo del tiempo sobre la sexualidad en la mujer. Y han sobrevivido en nuestra cultura haciéndonos creer que son ciertos; los hemos integrado sin cuestionarlos, poniendo impedimentos a que las mujeres experimenten su propio placer.
La mujer en este caso ha sido la gran perjudicada, hasta hace muy poco, tan siquiera se reconocía la sexualidad en la mujer, su autoconocimiento y autoplacer había sido anulado, ya que estaba mal visto incluso entre las propias mujeres. Se puso la responsabilidad en el hombre, siendo la figura activa, generadora de placer.
Hoy día, el modelo sociocultural en la sexualidad ha cambiado, si bien ahora si se reconoce la sexualidad en la mujer, todavía existe mucha represión y falta de información al respecto. La publicidad en los medios de comunicación, y una gran parte de los expertos en salud, siguen alimentando mitos que limitan la sexualidad en la mujer.
Los mitos sobre la sexualidad femenina que siguen circulando por nuestras mentes, los damos como ciertos por la falta de información; por intereses políticos, sociales, culturales y económicos. Todo forma un conjunto que toma fuerza al no ser cuestionado
Algunos de estos mitos que impiden un desarrollo saludable en la sexualidad femenina son los siguientes:
“A las mujeres no les gusta el sexo”
Una creencia que puede llegar a resultar ridícula, sin embargo, en mayor o menor medid, se utiliza en muchos discursos, con la idea de que la mujer tiene menos apetito sexual que el hombre, y que la mujer es la sacrificada para que el hombre sea quien disfrute.
A las mujeres les puede gustar igual e incluso más que a cualquier hombre, ya que esto no es cuestión de género, sino más bien de cada persona y sus circunstancias. El deseo sexual tiene que ver con la libido de cada persona, que está a su vez condicionada por el contexto sociocultural y educacional.
La presión del entorno y las creencias erróneas de este tipo hacen que se reprima el deseo sexual, y por lo tanto la mujer en sí misma encuentre problemas para manifestarlo, por un aprendizaje previo. Y esto hace que se alimente el mito de que la mujer tiene un menor deseo sexual que el hombre, cuando no es cierto.
“La sexualidad en la mujer comienza cuando tiene su primera menstruación y termina con la menopausia”
Este es otro mito que ha permanecido con el tiempo, y muchas personas lo siguen creyendo así. Las personas, tanto hombres como mujeres, tenemos sexualidad desde que nacemos hasta que morimos independientemente de nuestros ciclos hormonales y etapas por las que pasamos a lo largo de nuestra vida.
No existen ciclos en los que tengamos o dejemos de tener sexualidad, somos seres sexuados por naturaleza. La sexualidad es una parte integral de nuestra identidad, y por ello, para cada persona es diferente y se manifiesta de forma distinta a cada edad; su expresión y evolución está mediada por influencias sociales, procesos psicológicos y biológicos.
“El sexo es lo que hacemos y la sexualidad es lo que somos”
-Anna Freud-
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“Las mujeres tardan más en excitarse que los hombres”
La ciencia quiso demostrar la falsedad de este mito tan extendido, que tantas personas creen. En un estudio realizado por la Universidad de McGill, en Canadá; sometieron a distintas pruebas, tanto a hombres como mujeres, para medir el tiempo que tardaban en excitarse.
Se comprobó a través de termografía, obteniendo la temperatura que emitían los genitales de los distintos participantes del estudio, al observar una serie de diversas imágenes; y se comprobó que no existía diferencia alguna. Consiguieron así romper un mito, que además, les permitiría hacer un mejor diagnóstico y tratamiento en algunas de las disfunciones sexuales femeninas.
“Lo que más les gusta a las mujeres es el coito”
Para la mayoría de las mujeres, la penetración en el acto sexual no es la vía por la que obtienen mayor placer, ni tampoco por la cual llegan al orgasmo. La estimulación directa del clítoris es más estimulante, aunque es cierto que por cuestiones anatómicas de la vagina que se encuentra más cerca del clítoris, hay mujeres que a través de la penetración consiguen la mayor obtención de placer.
Además, hay que tener en cuenta las zonas erógenas, que pueden encontrarse en cualquier parte de nuestro cuerpo, y son sensibles a la excitación y producción de placer; esto contribuye a la calidad del encuentro sexual. Siendo todo en su conjunto lo importante para el disfrute sexual.
Estos mitos contribuyen a generar unas falsas expectativas, limitando la sexualidad femenina y por ende la obtención de placer. Son muchas las creencias erróneas que tenemos acerca de la sexualidad en general, ir desmontando estas creencias pasa por estar abiertos a nuevas posibilidades, y por informarse con los profesionales adecuados, en este caso con psicólogos expertos en sexología.
Este artículo ha sido escrito y verificado por el psicólogo Rafa Aragón