Cómo evitar ser molesto en tu primer crucero, según una pareja que ha hecho 80 viajes

Ocupar las tumbonas, colgar la ropa en los balcones y actuar como influencers son algunas de las cosas más molestas que hace la gente en los cruceros, afirma Don Bucolo.

Bucolo y su esposa Heidi han pasado unos 365 días en 80 cruceros en los últimos 17 años. Desde 2014, la pareja comparte sus mejores consejos y opiniones con otros cruceristas en su blog, EatSleepCruise.com.

Bucolo cuenta a Business Insider que sus experiencias en cruceros suelen incluir pasajeros molestos, pero no es necesariamente culpa de ellos si nunca antes han viajado en uno.

Si eres nuevo en el mundo de los cruceros, Bucolo tiene algunas reglas no escritas y pautas de protocolo para asegurarse de que no molestas a los cruceristas o a los miembros de la tripulación.

«En cualquier momento de la experiencia, sé respetuoso con la tripulación y las demás personas que te rodean», afirma.

Aquí tienes cómo.

Después de reservar tu crucero no evites descargarte la app.

Para facilitar las cosas a la tripulación, no te olvides de descargar la app de la línea de cruceros en tu móvil.

«Sé que a algunos no les gusta, pero la mayoría de las compañías de cruceros tienen aplicaciones y quieren que hagas todo lo posible en ellas», afirma. «Y te lo pone más fácil porque puedes planificar cosas y ver horarios en ella».

Los cruceristas también pueden hacer peticiones desde la app, desde toallas extra hasta servicio de habitaciones.

Sugiere descargar la aplicación al reservar el crucero para empezar a reservar cenas, espectáculos y excursiones.

El día del embarque, no llegues sin tener todo preparado.

Bucolo aconseja no aumentar el caos al embarcar en un crucero.

«El día del embarque, 4.000 personas –o el número de pasajeros que tenga el barco– llegan más o menos al mismo tiempo», explica Bucolo a Business Insider. «Todos llevan equipaje. Están listos para empezar sus vacaciones».

Así que no te presentes sin estar preparado.

«Haz el check-in online con antelación para que te den una hora de llegada preferente«, afirma. «Llega cuando se supone que debes llegar, ten tus documentos a mano y sé educado si hay cola», afirma, añadiendo que no debes mentir sobre tu estatus.

«Hay colas para los clientes que forman parte de programas de fidelización y la gente intenta ponerse ahí», asegura. «Solo tienes que seguir las reglas y las indicaciones de la tripulación: cuanto más rápido pase todo, más rápido estarás a bordo».

Añade que también es importante prestar atención para no ralentizar el proceso.

Una vez que llegues a tu camarote, asegúrate de comunicarte con tu asistente.

En la mayoría de los camarotes de los cruceros, puedes esperar que pase un asistente una vez al día. Facilítales las cosas comunicándoles tus planes, afirma Bucolo.

«Intenta reunirte con ellos el primer día del crucero y comunícales tu horario para que sepan cuándo tienen que preparar la habitación», apunta.

Esto ayuda al auxiliar a ser más eficiente, ya que la gente de vacaciones tiende a salir de sus habitaciones a horas diferentes.

«Somos madrugadores. Así que el asistente de camarote atenderá la habitación cuando salgamos a desayunar o a una excursión», indica. «Otras personas quieren dormir hasta tarde, así que el asistente de camarote les atenderá por la tarde o a última hora de la noche para preparar su habitación».

Cuando estés descansando en tu camarote, no hagas demasiado ruido.

«No hagas mucho ruido a cualquier hora del día, ya sea con la televisión o con música», afirma Bucolo. «Pero, como en muchos hoteles, las paredes están bastante insonorizadas. No hemos tenido problemas de sonido, pero tenlo en cuenta».

Bucolo añade que puedes molestar a otros cruceristas en los pasillos si haces demasiado ruido al volver tarde por la noche.

«Si son las 2 de la madrugada y vuelves de beber, intenta no hacer ruido al entrar a tu habitación», comenta.

No dejes nada en el balcón sin vigilancia.

Muchos cruceros tienen camarotes con balcón, y los pasajeros suelen utilizar la barandilla para tender las toallas y los bañadores, pero no deberían hacerlo, afirma Bucolo.

Y añade que no es solo una cuestión de protocolo, sino de seguridad.

«No cuelgues ningún artículo porque, aunque no se mueva activamente, puede soplar el viento, un animal puede recogerlo y las cosas pueden caer por la borda», apunta Bucolo. «Queremos mantener limpios los océanos».

En esa misma línea, no dejes otros objetos en el balcón, como libros, revistas, comida o juguetes; aunque no caigan por la borda, un animal podría pasar y enganchar algo.

«Puedes comer ahí fuera, pero mete los platos dentro cuando hayas terminado», añade.

Cuando abandones tu camarote, no lo dejes todo desordenado ni te olvides de ahorrar energía.

Cuando te vayas a pasar el día fuera, asegúrate de apagar las luces y bajar el aire acondicionado.

«Siempre recomiendo que ahorres toda la energía que puedas», afirma. «Ordena la habitación. No la dejes hecha un desastre».

En los espacios comunes del barco, no acapares las actividades…

«Compartir es algo muy importante en los cruceros. Todos formamos parte de esto. Así que nada es realmente tuyo o suyo en las zonas comunes», señala.

Por ejemplo, no dediques demasiado tiempo a practicar un deporte si hay otros esperando para utilizar el equipo.

«¿Quieres jugar al baloncesto? Hay un número limitado de pelotas», afirma. «Si hay minigolf, puede que se hayan acabado los palos de minigolf. Tendrás que hacer cola. Cuando el siguiente termine su ronda, te dará sus palos de minigolf».

Y añade que tampoco hay que acaparar los enchufes.

«Muchas cafeterías tienen asientos con tomas de corriente y USB integrados en la barra», afirma. «Úsalos y trabaja un poco, pero no te pases el día ahí sentado consumiendo toda la energía».

…o las tumbonas de la piscina.

Algunos cruceristas son «acaparadores de tumbonas o gente que pone sus toallas en la silla» y luego «dejan sus cosas allí durante dos horas para explorar el barco», cuenta Bucolo.

Esto limita el espacio para otros pasajeros que quieren usar la piscina.

«No es justo cuanto la gente reclama su sitio como si lo reservara», afirma.

Bucolo cree que dejar la silla desatendida durante media hora o así está bien. «Pero no si vas a realizar una actividad completamente distinta», comenta.

Añade que si de verdad usas la hamaca todo el día, no debes sentirte presionado a moverte.

«Puedes pasar allí todo el tiempo que quieras, si realmente la utilizas”, señala. «Pero no te levantes a propósito a las 6 de la mañana, dejes la toalla, vuelvas a la cama durante dos o tres horas y luego vuelvas a salir a las 10:30 u 11 de la mañana».

En el bufé, no acapares mesas ni cojas productos con las manos.

Los bufés de los cruceros se llenan.

«Lo más probable es que la hora del almuerzo sea la más concurrida en un crucero», afirma Bucolo.

Así que no lo empeores acaparando mesas.

«No te sientes en el bufé todo el día, sobre todo en las horas punta. Si quieres escapar del calor, hay otras zonas comunes en el interior», señala. «Sé precavido y no permanezcas en el bufé durante horas mientras otras personas buscan asiento».

También hay normas básicas de etiqueta en el bufé que algunos pasajeros no siguen.

«No te cueles. No pases por encima de la gente. Utiliza los cubiertos, no cojas las cosas con las manos», afirma. «Lávate las manos antes de ir».

En los restaurantes y en el comedor principal, respeta la hora de tu reserva.

«En el comedor principal, la mayoría de las compañías de cruceros ofrecen la opción de cenar a una hora y en una mesa fijas todas las noches, o bien la opción de estilo libre«, que consiste en reservar previamente cada noche, explica Bucolo.

Otros restaurantes de los cruceros también suelen requerir el reservar mesa. En ambos casos, Bucolo aconseja llegar a tiempo.

«Si no, debes saber que tendrás que hacer cola», afirma. «Y, de nuevo, no intentes saltarte las colas».

Cuando te desplaces por el barco, no abarrotes los ascensores.

Usar el ascensor en un crucero «puede ser muy estresante, sobre todo después de un espectáculo o una cena», asegura. «Y hay gente que no respeta a los demás».

Bucolo tiene un término para estas personas: «invasores de ascensores”.

«Zigzaguean entre la gente para meterse justo delante del ascensor, aunque haya personas delante de ellos con movilidad reducida», afirma. «Hacen como si no vieran a esas personas».

Bucolo indica que el ascensor debería ser por orden de llegada, «así que no te abras paso».

Una vez dentro del ascensor, Ducolo afirma que hay que dejar el mayor espacio posible a los demás huéspedes.

«No hace falta que se meta a todo el mundo”, indica. «Pero si sobra un poco de sitio y puedes moverte para que entre otra pareja, intenta hacerlo».

Ducolo añade que se puede ayudar a reducir la aglomeración utilizando las escaleras o caminando hasta otra zona de ascensores, si es posible.

«Si solo hay un par de pisos arriba o abajo, considera la posibilidad de utilizar las escaleras», sugiere. «Si todo el mundo está saliendo de cenar y hay una zona de ascensores cerca del restaurante, suele haber otro en el otro extremo del barco».

Cuando hagas escala en un puerto, no hagas cola en la pasarela demasiado pronto.

En las escalas portuarias, las compañías de cruceros tienen un horario establecido de cuándo llegan, cuándo se puede desembarcar y cuándo hay que volver al barco para navegar hacia el siguiente destino.

«El programa diario te da toda la información», afirma Bucolo, quien añade que la tripulación anunciará cuándo se abre la pasarela a los pasajeros.

Al llegar a la pasarela a la hora prevista, Bucolo suele encontrarse con una caótica cola que desciende por la escalera.

«No vayas a la pasarela antes para quedarte esperando», apunta. «Tampoco te sientes en medio de la escalera a esperar».

En los puertos, es importante respetar a la población local y el medio ambiente.

«Cuando se viaja al Caribe, mucha gente quiere ir a la playa y pasarlo bien», afirma. «Pero también es una zona de vacaciones para los habitantes locales. Trátala como lo harías en tu país».

Así que no tires basura e investiga la cultura local antes de llegar.

«Los cruceros tienen mala fama porque atraen a mucha gente a la vez», señala. «Los puertos pueden resultar abrumadores, y algunas personas no conocen las normas de comportamiento adecuadas».

No olvides dar propina a los conductores y guías turísticos que presten un buen servicio en las excursiones.

Cuando vayas de excursión, tendrás un guía turístico, un conductor de autobús o ambos.

«Siempre dejamos propina», afirma Bucolo. «Aunque no tengamos moneda local, es mejor dejar propina que no hacerlo. Pueden ir a un banco local: el dólar estadounidense se puede cambiar casi en cualquier sitio».

La cantidad de propina depende de la duración de la excursión. Para un traslado en autobús, recomienda dejar dos dólares de propina por persona.

Por una excursión grande de tres o cuatro horas en autobús, daría cinco dólares por persona. Para recorridos más largos y excursiones privadas, aconseja doblar esa cantidad por persona.

Cuando toque volver al barco, no llegues tarde.

Bucolo recuerda que hay que volver al menos una hora antes de que el barco abandone el puerto.

«Se irá sin ti, a menos que participes en una excursión organizada por la compañía de cruceros”, explica. «Así que, si quieres explorar por tu cuenta, date siempre tiempo por si el tráfico y el mal tiempo retrasan el regreso al barco».

Bucolo añade que el regreso al barco puede llevar más tiempo más de lo que uno se piensa.

«A veces hay varios barcos», afirma. «Podría ser un largo paseo el camino desde donde está atracado tu barco hasta la zona de la calle principal».

Antes de desembarcar al final del crucero, no olvides dar propina a la tripulación.

«La inmensa mayoría de las compañías de cruceros ofrecen ahora la opción de pagar las propinas por adelantado, o tienen lo que llaman un cargo por ‘servicio diario adicional’ que se añade a tu cuenta por persona y día», afirma Bucolo. «Mucha gente que viaja mucho en crucero se lo descuenta. Nosotros no recomendamos hacer eso».

Bucolo añade que suele dar una propina extra a los miembros de la tripulación con los que interactúa a lo largo del viaje.

«Damos propina a la gente de los restaurantes. Si frecuentamos un bar, solemos dar propina a los camareros», afirma. «Pero el asistente de camarote es con quien más interactuamos”.

Recomienda dar una propina de entre cinco y diez dólares por persona y noche. A los camareros y camareros de bar les da entre un 18% y un 20%.

A lo largo de tu crucero, no pases todo el día haciendo fotos.

En el blog de Bucolo, un post sobre cruceristas molestos menciona «el influencer», refiriéndose a los pasajeros que llevan demasiado lejos lo de documentar todo.

Aunque Bucolo recomienda hacer todas las fotos y vídeos que quieras durante tus vacaciones, no te pongas delante de la gente ni molestes a otros pasajeros al hacerlo.

Bucolo también añade que a veces es culpable de esto, pero que intenta no entorpecer las experiencias de otros cruceristas.

«Sabemos que puede ser un poco molesto para los demás que la gente esté constantemente con sus móviles haciendo fotos y vídeos«, explica a Business Insider. «Por eso siempre intentamos ser discretos y grabar en horas bajas».