Ciudades de todo Reino Unido han sido escenario estos días de violentos enfrentamientos mientras continúan los disturbios organizados por colectivos de extrema derecha.
Los alborotadores, contrarios a la inmigración, han tomado las calles tras los apuñalamientos mortales que se produjeron en una clase de baile para niños el pasado 29 de julio.
Espoleados por fake news que decían que el agresor había llegado al país de forma ilegal, los manifestantes han incendiado coches, han lanzado botellas de vidrio y han atacado un hotel de Yorkshire del Sur, Inglaterra, que estaba siendo utilizado de forma temporal para alojar a solicitantes de asilo en el Reino Unido.
En un intento de disipar los rumores y sofocar la escalada de violencia, un juez tomó la insólita decisión de identificar a la persona detenida en relación con los ataques como Axel Muganwa Rudakubana, un joven de 17 años nacido en Cardiff (Gales).
Sin embargo, las noticias falsas ya habían corrido como la pólvora por algunos rincones de internet, incluida X, la red social anteriormente conocida como Twitter y propiedad de Elon Musk.
Las fake news se desmadran
En el centro del malestar social se encontraba el nombre de Ali Al-Shakati.
Varias cuentas de X, Facebook y TikTok afirmaron que Al-Shakati —que en realidad no existe— era un demandante de asilo musulmán que había perpetrado los ataques en una clase de baile con temática de Taylor Swift en Southport, cerca de Liverpool.
El medio de comunicación británico The Times of London informó de que la noticia falsa se había originado en una cuenta X verificada, que utilizaba el alias de @Artemisfornow y que tenía más de 40.000 seguidores. El usuario lo ha desmentido y ha culpado a una publicación en Facebook de un blog de cotilleos.
Fuera cual fuera su origen, las noticias falsas cobraron notoriedad cuando una cuenta de X llamada Channel 3 Now las compartió y voces de extrema derecha, entre ellas Andrew Tate, se subieron al carro.
«Si nos fijamos en los orígenes de la historia, es evidente que X desempeña un papel importante«, ha declarado a Business Insider el profesor de la Universidad de Cambridge y experto en desinformación, Sander van der Linden.
Algunos de los principales instigadores de los disturbios, entre ellos el activista de extrema derecha Tommy Robinson (de nombre real Stephen Yaxley-Lennon) y Tate, fueron expulsados de la antigua Twitter, pero fueron readmitidos después de que Musk comprase y renombrase la red social.
«Muchos de estos individuos habían sido vetados de la plataforma, por lo que no habrían tenido la oportunidad de expresarse«, ha explicado Van der Linden. «Twitter previamente también tenía recursos masivos de verificación de datos y moderación [de contenidos] antes de que Musk se hiciese cargo y se deshiciese de todo eso».
Musk echa leña al fuego
En lugar de condenar la violencia espoleada en parte por su propia plataforma, el multimillonario CEO de Tesla parece estar preparándose para una pelea.
El Gobierno británico ya ha condenado a la persona más rica del mundo por un comentario que publicó, en el que aseguraba que «la guerra civil» era «inevitable» refiriéndose a un vídeo de los disturbios. Downing Street denunció que «no había justificación» para ese tipo de comentarios y pidió a las empresas de redes sociales que se esforzasen más para evitar que se difunda desinformación.
Musk replicó más tarde al primer ministro británico, Kier Starmer, por comentar que no se tolerarían los ataques contra mezquitas o comunidades musulmanas, preguntándole: «¿No deberían preocuparles los ataques a todas las comunidades?».
El empresario sudafricano también ha afirmado que la respuesta de la policía británica «parece unilateral», un punto de vista comúnmente promovido por activistas de extrema derecha.
Este martes, Musk volvió a publicar un vídeo de un agente de policía realizando una detención, añadiendo: «¡Detenido por hacer comentarios en Facebook! ¿Esto es Gran Bretaña o la Unión Soviética? ¿Es esto cierto @CommunityNotes?».
En otra publicación, defendió que X «proporciona una forma clara e inmediata de refutar cualquier cosa falsa en las respuestas y con @CommunityNotes. No ocurre lo mismo con los medios de comunicación heredados, que mienten sin descanso, pero no hay forma de contrarrestar su propaganda».
Van der Linden, el experto en desinformación, ha indicado a este medio de comunicación que Musk podría estar siendo radicalizado por su propia plataforma. Las redes sociales se están convirtiendo cada vez más en una cámara de eco, ha apuntado este investigador, especialmente teniendo en cuenta el número de nuevas cuentas lanzadas tras la compra de Twitter por parte de Musk.
La cámara de eco del multimillonario en X cada vez es más conspiranoica, según ha agregado Van der Linden: «Musk se rodea de información de baja calidad, le gusta y se relaciona con ella para verla más a menudo. Es casi como si no se hubiese dado cuenta de que se está radicalizando».
Business Insider ha tratado de ponerse en contacto con la red social anteriormente conocida como Twitter, pero por el momento no ha obtenido respuesta.